Soledad y filosofía

Creo que es la primera vez que en este blog, con más de 130 artículos publicados, hasta la fecha, que escribo realmente sobre mi persona, sobre mí mismo. Claro, lo haré sin dejar de lado mi misión como filósofo - eso suena muy pretencioso -mi misión como ser humano, que desde las intrincadas líneas del pensamiento filosófico busca acercarse a la realidad. (Odio usar la palabra realidad, es una de las definiciones más conflictivas de la filosofía occidental, pero, que mas da, hay que usarla).

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Deseo hablar sobre la soledad, pero no sobre la soledad filosóficamente, sino sobre mí soledad, trascendental y personal. Hoy estaba en mi casa - en La Vega de visita, pues vivo en Santo Domingo - y entre pasarme un día casi completo, entre navegar en el internet y ver un poco de televisión y dormir, comencé a comprender que con el paso del tiempo me estoy acostumbrando a estar, a vivir y a permanecer solo, y lo peor del caso, disfrutar de ello.

Al final del día llegó una prima mía y conversaba conmigo, mientras yo navegaba en la web, me hablaba de su día, intentaba acercarse a mí, desde la palabra y yo desde mi falta de atención, y por qué no, desde mi mala educación, le escuchaba mientras leía y hacía otras cosas más.

Más tarde ella misma, mi prima, me invitó a ir a visitar a una amiga suya, a lo cual, sin mucho pensarlo, le dije que no quería. En última instancia la amiga terminó viniendo a visitarnos, y cuando me preguntaron si no iba a compartir con ellas, nuevamente, sin mucho pensarlo, o mejor dicho, pensándolo muy rápido, dije que NO.

Es a raíz de eso que me viene esta reflexión, por qué, siendo yo una persona tan social y que suele disfrutar de compartir con la gente, desea, de un tiempo acá, estar tan retirado de la gente? Es como si no me sintiera a gusto con nadie, es algo extraño, lo confieso.

Ahora bien, cuál es la parte filosófica de este pensamiento, pues el título del post es Soledad y filosofía. Pues ahí va.

Emmanuel Levinas, filósofo lituano y de nacionalidad francesa, discípulo de Heidegger y de Husserl, en su ética de la alteridad, propone en el reconocimiento del Otro, en tanto que otro, el punto central de la metafísica y de la ética filosófica. Él inclusive, acusa a toda la tradción filosófica occidental de un olvido del otro y una exagerada impotantización del ser (del yo). Ahora bien, qué sucede cuando el olvido de los demás y el no reconocimiento de ellos se convierte en un estilo de vida? Jean Paul Sartre, por ejemplo, reconoce en la mirada acechante del otro, a un ser que objetiviza y da sentido a la existencia del ser (yo) pero que a la vez se transforma en un infierno para el sujeto.

Dos ideas un tanto contrapuestas, pero eminentemente presentes, no sólo en mí, sino en cualquier ser humano de carne y hueso. El otro, es posibilidad de realización del ser humano y también es fuente del conflicto y de una lucha interna entre la realización del mismo (yo) que es obstaculizada por él.

Ahora bien, no nos desvinculemos del tema, por qué estas ansias y deseso de estar y de permanecer solo, siendo yo, tanto tiempo, una persona tan social, bueno, realmente no sé que me pasa. Espero sus comentarios, bye.