jueves, 5 de junio de 2008

Crítica de Lévinas a la ontología Heideggeriana

En la filosofía de la existencia el encierro de la reflexión no es sólo un acto teórico sino que dicho encierro reflexivo está también encadenado a la existencia como un acontecimiento fechado. A partir de esta idea Lévinas pone en tela de juicio la ontología heideggeriana y vaticina su fracaso y a fin de cuentas, su muerte. La filosofía de la existencia ignora la reflexión que la situaría en lo absoluto y esa reflexión es todavía para ella un proceder que lleva a cabo en tanto que existencia.
Consideramos que una filosofía preocupada por salir de la existencia no debe orientarse a un retorno al pensamiento que sería reminiscencia y hacia una existencia religada a lo Infinito mediante el pensamiento. El mismo Lévinas señala al respecto:
Eso supondría, en efecto, no tener en cuenta la impotencia del pensamiento sobre la existencia, la ineficiencia de la razón sobre el alma, el fracaso del Fedón cuando pretende triunfar sobre la angustia de la muerte.[1]

Para Heidegger la existencia es vista en términos de comprensión, de sus fracasos y de sus éxitos. La relación de un existente con el ser es para él ontología. Pero cabría preguntar, y es lo que hace Lévinas ¿la relación del ser humano con el ser es sólo ontología? ¿La existencia se cumple sólo en términos de dominación? ¿El hombre en tanto que criatura o en tanto que ser sexuado, no mantiene con el ser una relación diferente a la del amo o a la del esclavo, a la de la actividad o a la de pasividad? En Totalidad e Infinito Lévinas señala:
Los objetos no son objetos cuando se ofrecen a la mano que se sirve de ellos, a la boca o a la nariz, a los ojos y a los oídos que los gozan. La objetividad no es lo que resta de un utensilio o de un alimento, separados del mundo en el que se desenvuelve su ser (…) La objetividad del objeto y su significación vienen del lenguaje. Esta modalidad por la cual el objeto es puesto como tema que se ofrece, incluye el hecho de significar.[2]

En la obra De la existencia al Existente, (1947) Lévinas pone en cuestionamiento la fenomenología de Heidegger, sin que haya por eso una motivación abstracta, sino que su condición de prisionero de guerra le hizo experimentar en sí mismo, podríamos decir, una de las dimensiones de la ontología heideggeriana - como ya hemos mencionado - el apogeo de una filosofía de la identidad y del logos que para Lévinas dio como resultado la ola de antisemitismo vivida en Europa en la primera mitad del s. xx y especialmente en la Alemania Nazi.[3] De aquella experiencia de guerra, Lévinas concluye, que lo existente, que da sentido a los entes en el mundo, produce una impersonalidad árida, neutra, que sólo podría ser superada en el ser-para-el-Otro, como momento ético de respeto a la Alteridad.

Gracias a Heidegger en occidente hemos superado el problema del “olvido del ser” sin embargo, como resultado, hemos caído en el “olvido del Otro”. Un retorno a una antropología que reconozca la existencia de los demás y las consecuencias morales y éticas que conlleva tal redescubrimiento es de suma importancia para nuestro contexto actual.
[1] Emmanuel Lévinas, (1949). P. 159
[2] Emmanuel Lévinas, (1977). P. 118
[3] Julia Urabayen, (2004). P. 315.

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