jueves, 5 de junio de 2008

Descartes y la antropología del ego

El pensamiento de Descartes se caracteriza por una cierta absolutización del ego, su filosofía, como sabemos, está situada en el giro antropocéntrico. Descartes considera al ser humano como centro de la tierra permitiendo que todo gire en torno a él. En su filosofía la intención profunda de la ratio, persigue la meta de comprender todo lo real reduciendo lo cognoscible a una única síntesis racional. Este deseo de un único conocimiento universal es lo que se ha llamado mathesis universalis, y en Descartes se caracteriza por su forma particular de entender la conciencia subjetiva – el “cogito ergo sum” – forma que le dificulta ver con igual certeza la existencia de los otros.

Si el ego se conoce de manera inmediata y sin intermediario, con la existencia de los otros sujetos humanos, en la filosofía cartesiana, no sucede lo mismo pues se carece de esa evidencia inmediata. Observemos brevemente un fragmento de las Meditaciones de Descartes:
Si por casualidad yo viera por la ventana hombres que pasan por la calle, que cuando los veo digo que veo hombres exactamente igual que cuando digo que veo cera, y sin embargo ¿qué veo por la ventana sino sombreros y capas que podrían cubrir autómatas que no se mueven sino mediante mecanismo? Pero juzgo que son hombres y así comprendo, por la capacidad de juzgar que hay en mi espíritu lo que creía ver con mis ojos.
René Descartes (Meditaciones Metafísicas II)

Muchos filósofos del siglo XX han criticado la inconsistencia de este razonamiento. Sartre por ejemplo, ha subrayado que por ahí jamás se podría afirmar con certeza la existencia del otro, a lo más que se podría llegar es a afirmar su probabilidad. Para Descartes el sujeto humano aparece como sujeto del pensamiento racional – filosófico y científico – y se expresa en una frase original y sintetizadora: ego= res cogitans. Nos preguntamos, que pasa con los que no razonan, los discapacitados mentales de nuestra sociedad, los excluidos, desde esta perspectiva antropológica ¿no son persona?

Este modo de entender al ser humano (ego) como una conciencia cerrada y autosuficiente plantea grandes problemas para la filosofía a la hora de pensar la relación con los demás y a la vez despoja al sujeto de su consistencia ontológica y metafísica. Para Descartes la existencia de otros sujetos humanos sólo se conoce indirectamente a través de las cosas materiales y objetivas. Para afirmar la existencia del Otro, en esta perspectiva, se requiere algún juicio de razón una especie de razonamiento. Nos resultan evidentes las consecuencias éticas y morales que devienen en el ser humano cuando se considera a los demás como objetos de estudio y de teórica comprensión.

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