jueves, 5 de junio de 2008

El rostro y el lenguaje fundamentos de la relación humana

Un salto significativo en la forma de entender las relaciones humanas es aquél en el que se realiza un desplazamiento, develamiento vs. revelación en la comprensión y el descubrimiento del Otro a través del lenguaje. Esto significa, en otras palabras, un cambio fundamental desde una epistemología de la imagen a una epistemología de la palabra. ¿Qué lenguaje y qué tipo de comunicación humana entre las personas nos permite descubrir al Otro? Es la palabra que manteniendo la exterioridad del rostro es pronunciada mirando su rostro; es el rostro quien valida mi discurso, quien me interpela y quien permite descubrirme a mí mismo en mi existencia.

Todo discurso pronunciado a espaldas del Otro, aunque sea útil y necesario, aunque busque y resuelva los problemas últimos de un grupo social y devenga en consecuencias excluyentes para ciertos grupos de la sociedad, es un discurso falto de compromiso y, en este sentido, un discurso ajeno al hombre y a la mujer como tal. Sólo mediante relaciones humanas en las que aceptemos que ser humano también es ser con los otros, nos daremos cuenta que el “algo”, la res-extensa en la que se ha convertido el ser humano, es un “alguien”. Comenzaremos así a ver que “lo Otro” deviene en “el Otro”, y le reconoceremos, no por sus cualidades físicas, su curriculum, color de piel o sus conocimientos, sino desde – y citando a San Francisco de Asís – su “desnudez y su pobreza”. El ser humano debe ser reconocido, aún vacío y desde su nada sólo por su realidad última y más profunda, ser hermano, ser humano, ser persona, por su ser que es infinitamente Otro, por su existencia que es parte infinita con la de Dios mismo.

0 comentarios: