viernes, 2 de enero de 2009

Materialismo Histórico

La historia de la humanidad, desde sus orígenes, se ha destacado por una lucha constante del ser humano en la que distintos grupos sociales, ya sea por intereses generales que devienen en personales o viceversa, se han preocupado, mediante los medios disponibles en cada época, de encaminar hacia sí mismos los bienes considerados como valiosos y necesarios para la supervivencia. En otras palabras, cada casta, grupo o tribu, pueblo, estado o nación, identificándose a sí mismo como un todo con intereses particulares, cohesionados entre sí por la cultura y el idioma que les une, lucha bajo intereses comunes para promover y gestionar los intereses que contribuyen a la subsistencia de su sociedad. Esta lucha por promover los intereses particulares la encontramos desde las sociedades esclavistas de la antigüedad, Mesopotamia, Egipto, Grecia o Roma, hasta las comunidades feudales de la Europa medieval, desde el descubrimiento de un Nuevo Mundo palpitante y virgen lleno de inocencia y casi sin explotar, hasta el nacimiento de las primeras ciudades promotoras de la revolución industrial.

Luchas envestidas y cruentas atestiguan a un ser humano capaz de llegar hasta los extremos bélicos en busca de una prosperidad que le dignifique a él y a los de su común entorno social. Es bajo estos criterios, desde una visión un tanto materialista de la historia, que se podría entender, más no justificar, las guerras y cualquier tipo de acto bélico que contradiga los principios básicos de la humanidad. El ser humano busca en cada instante su prosperidad y la de sus cercanos y él mismo es capaz de llegar hasta sus propios límites para llegar a alcanzar a como dé lugar los bienes y servicios que definen y catalogan la existencia digna.

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