miércoles, 21 de noviembre de 2007

Sobre el agnosticismo

ATEÍSMO CONTEMPORÁNEO
Trabajo final

A lo largo del cuatrimestre que hemos tenido en la clase de Ateísmo Contemporáneo, hemos podido ver las diferentes gamas en las que se presenta en nuestros tiempos el fenómeno del ateísmo. Una de las conclusiones a las que llegamos, es que el éste hoy en día no se presenta de una sola forma, sino en distintas gamas, que aunque aparentan hablar de la existencia de una divinidad, caen en la definición de ateísmo pues concluimos que el ateísmo es un fenómeno post-cristiano.
Para realizar este trabajo final estuve hurgando por distintos lugares, para ver si encontraba alguna persona que se llamase atea en el sentido estricto de la palabra. Como me sospechaba, ya que digo y sostengo que para ser ateo “como lo manda la ley”, hay que ser muy inteligente, no encontré persona alguna, al menos en mi alrededor con las personas que conozco. Sí encontré personas con indiferencia religiosa, anti-católicas o lo que más abundan, protestantes, pero como es obvio, para el tipo de trabajo que yo deseaba realizar, no consideré prudente hacer mí entrevista con ninguno de esos grupos ya que me enfocaría en un área que realmente no me interesaba.
Después de una larga búsqueda, que aparentemente no daba ningún fruto positivo, recordé haber conocido, hace algún tiempo en el Bonó, una amiga, de la cual me reservo el nombre y que por sus comentarios en clase y en los pasillos, intuí hace tiempo que era atea practicante. Le llamé por teléfono, le expliqué cuál era mi propósito y quedamos en una entrevista. Sorpresa la mía cuando, después de haber quedado en vernos e iniciar mis preguntas, me di cuenta que no me encontraba frente a una atea, sino ante una persona agnóstica en el sentido más radical de la palabra. Obviamente, mi teoría se había cumplido: para ser ateo o algo semejante, con al menos alguna concordancia entre lo que se cree y lo que se vive, hay que ser muy inteligente y ella realmente lo era.
La primera pregunta que realicé fue ¿qué piensas acerca de la creencia en algún ser trascendente que pueda explicar el sentido de la totalidad?
- Siempre he pensado, desde que tengo uso de razón, que la humanidad está aún en un desarrollo evolutivo racional muy pobre para creer que puede contestar tales preguntas, y claro, mucho menos yo tengo respuesta a semejante pregunta.
Entonces agregué ¿qué piensas sobre el origen de todo cuanto existe?
- la naturaleza tiene sus reglas, y además, fuera de una explicación racional no encuentro ninguna otra explicación al origen del mundo o del universo. Nuestra capacidad de comprensión, insisto, es muy limitada, cualquier respuesta a preguntas de origen metafísico o que trascienda los límites de lo cognoscible, es equiparable a pensar en un niño intentando comprender temas de física cuántica.
O sea, insistí, ¿tú afirmas que el ser humano debe de conformarse con entender que simplemente hay cosas que no puede comprender? Parece como si vivieras en la edad media con esas palabras que has dicho.
- Cada quien piensa lo que quiere, tú sabes que no he dicho eso
Contestó un poco alterada, pero luego, con toda calma agregó:
- La humanidad, insisto, se encuentra aún en pañales, sabes muy bien, en relación con el tiempo de la existencia del universo, según han calculado algunos científicos, los seres humanos no tenemos ni dos minutos de existencia, si la totalidad del universo se comparara con un día de 24 horas, tú recuerdas que eso lo vimos en la primera clase de Historia Universal, con Maza.
A lo cual respondí: nadie puede afirmar a ciencia cierta, ni el tiempo de la existencia del universo ni ninguna de las teorías que intenten explicar el origen del ser humano, por algo son teorías y no teoremas o leyes universales.
- Aunque no sean teorías con la rigurosidad certera que exige la ciencia, son probabilidades que como bien podrían ser ciertas, también podrían ser falsas…
O sea, interrumpí como si la hubiera sorprendido desprevenida, dijiste que niegas la existencia de alguna posibilidad de conocer preguntas trascendentales y sin embargo ahora afirmas que las teorías que intentan explicar el origen del universo, pudiendo ser ciertas o falsas, sí te convencen como para tú hacerte eco de ello. Sonreí, como quien había agarrado a un político en plena contradicción.
- Luis Manuel.
Agregó muy calmada y sin perder los estribos.
- La probabilidad, tiene carácter de ciencia, y no creo que haya que discutirlo, pues lo sabes bien, ingeniero.
Respondió en son de burla. Asentí tranquilamente, fingiendo no haberme sentido derrotado y levanté la discusión con una nueva pregunta. Si te pidieran criticar el cristianismo, en especial el catolicismo, ¿que les dirías? Imagina que todos estamos sentados y escuchándote. Sonrió y dijo:
- Algo que me llama poderosamente la atención, y que no comparto, y no me refiero a ustedes, sino en la sociedad en general, es la organización jerárquica que ustedes y la sociedad misma tiene. Yo no creo en los líderes, seres que sobrecargados de poder y de autoridad, pueden, sin consultar o consultando cuando les parece, tomar decisiones que afecten a todos en general. El poder es peligroso, estoy convencida de ello, tanto poder en una sola persona hace daño.
O sea, que eres partidaria a que la sociedad se organice por sí misma, compartes con Rousseau, la teoría de la humanidad buena en sí misma.
- Yo creo en la democracia representativa, cosa que en muy pocas partes del mundo se da como el ideal que la democracia misma plantea. Y disculpa que te lo diga, pues asumo que lo sabes bien, ustedes los católicos son el peor ejemplo de la no democracia en la tierra, pues el papa al que ustedes llaman… no recuerdo.
¿Sumo pontífice?
- Sí eso, es elegido a penas por un grupo de sus sacerdotes, no por su iglesia en general, pero en fin, la verdad es que no me gusta opinar al respecto, mi crítica es para la sociedad en general, no tengo que meterme con ustedes.
No te pongas agresiva, que yo te escucho. ¿Qué más le dirías a los católicos, a los cristianos en general?
- El apego a la biblia que ustedes tienen, me parece irracional, un libro escrito por seres humanos, o sea, no lo escribió ni el mismo profeta, digo, ni el mismo Jesús, sino un grupo de sus seguidores, que 70 años después, no sé si me equivoco, tú corrígeme, 70 años después, escribieron los libros que ustedes leen con tanta devoción, la verdad que me parece irracional.
No quise entrar en discusión con respecto a lo que ella se refería, ya que no tenía sentido explicar nuestra creencia sobre la palabra inspirada por Dios y escrita por hombres. En vez de eso, agregué, ¿te parece irracional lo que hacemos?
- Sí, es como la alienación de la que habla Marx, es como una pastilla que resuelve el problema de la moral, pero que impide el razonamiento…
¿Interrumpí y dije, tú me conoces, te parezco un chico irracional o alienado? Tú sabes bien que soy religioso.
- No, en lo absoluto, tú siempre tienes deseos de saber más sobre…
Interrumpí y dije: entonces no absolutices al decir que la religión puede alienar o ser algo irracional en el ser humano. Corté para no entrar en discusiones que no me interesaban y cambié el tema con una nueva pregunta, pero me vi interrumpido cuando ella agregó:
- La religión se puede convertir en un obstáculo para el pensamiento, para lo la voluntad propia y para el avance de una sociedad sin necesidad de organismos que le digan qué y cómo deben proceder.
Con intención de tomarla desprevenida, y decidido nuevamente a cambiar el tema pregunté, ¿qué opinas de la discrepancia entre lo que muchos cristianos predican en relación con lo que viven? Admito que fue una pregunta capciosa, de esas de las que los verdaderos reporteros o investigadores no deben hacer, sin embargo, ella fue más inteligente que yo y contestó:
- La verdad Luis Manuel, es que no creo en nada de eso, no tengo por qué opinar, eso es problema de ustedes realmente. Si yo intento negar cualquier creencia por el hecho de que tal o cual cosa demuestre contradicción en sus planteamientos, estaría dándoles la razón al opinar al respecto.
Asentí como si no me hubiera salido el tiro por la culata, o como si no me hubieran descubierto haciendo la trampa a plena luz del día.
Para finalizar, agregué, ya que teníamos más de cuarenta minutos conversando, (obviamente que aquí he hecho un resumen) y estaba un poco cansado, me atreví a preguntarle sobre su pasado, le pedí que me contara un poco sobre su familia y su niñez, con la convicción que tengo de que muchas de nuestras creencias son cimentadas en nuestra infancia. Le permití hablar, cosa que no le costaba mucho trabajo, ya que algunas veces me veía forzado a interrumpirle.
- Sobre mi familia, ¿pues qué te digo que te sea útil para tu investigación? Pues mis padres son comunistas, mi madre es fisióloga y algunas veces se comporta como creyente, pero luego dice que no, mi padre es diseñador gráfico, también es ateo, o agnóstico, no lo sé realmente, pero en mi familia siempre hemos sido muy críticos al sistema, he aprendido desde pequeña a no tomar por hecho el dogma, ni de la escuela, ni de la sociedad ni de ningún sector, sin antes no haber creado mi propio juicio crítico.
Muchas gracias por tu tiempo, te lo agradezco, te mandaré por internet mi reporte final. Luego nos comimos un helado.

COMENTARIO PERSONAL

Me resulta un poco difícil hacer un comentario sobre el tema del agnosticismo, porque en primer lugar, no era, en un principio, tema de mi interés, y en segundo lugar, los filósofos que hemos estudiado no son eminentemente agnósticos, exceptuando a Kant que es un caso a parte, y que tampoco es agnóstico, sino que son más bien humanistas ateos.
Es difícil comprender las condiciones en las cuales una persona en su sano uso de razón, obvie con la más fría tranquilidad, los temas más fundamentales que atañan al ser humano y que de por sí le hacen diferente a los demás seres vivos. Algo que no puse en la entrevista fue cuando le pregunté sobre el tema de la muerte, a lo cual ella contestó que se limita a vivir el presente.
“¿Puede el ser humano conseguir por sí mismo el fin para el que Dios le sacó de la nada? ¿Existe ese fin? Una vez la humanidad ha alcanzado el máximo grado de madurez, revelado en su más alto grado a través de la ciencia, ésta misma humanidad se muestra incapaz, a pesar de sus logros, de salir de la sumisión a la que le inscribe la superstición, la religión y la falsa moral mezclada con imaginarias definiciones”.[1]
Haciendo eco del pensamiento de Marx y Engels, comparo el pensamiento de esta amiga mía, de la cual me he reservado el nombre y que desde su visión filosófica, entiende que la humanidad no está preparada para comprender los problemas planteados por la metafísica.
“Eso a lo que el ser humano llama Dios, no es más que la razón, el entendimiento, es la esencia objetivada de la inteligencia humana”.[2] Inteligencia que para el agnóstico no es capaz de ver más allá de lo que ella misma se puede plantear.
Nietzsche propone la necesidad de considerar las virtudes tradicionales como “adormideras”, [3] La idea que comentábamos más arriba, de que según ella la religión puede fungir como alienadora de la razón humana.
Como planteaba Vattimo, “la revelación no se ha cumplido del todo”, es semejante a eso de que la razón no ha llegado a la plenitud de su madurez, todavía está en pañales.

CONCLUSIÓN

Si algo he aprendido de este trabajo, es que realmente no debemos intentar predecir el pensamiento humano, y mucho menos creer que todo él se puede comprender desde parámetros de la lógica o la sicología. Lo digo en el sentido de que particularmente no puedo concebir o comprender la postura del agnosticismo, que la vengo a entender mejor al conocer a una persona verdaderamente agnóstica. Creo que lo que nos queda es respetar plenamente el pensamiento de nuestros hermanos y aceptarlos tal cual, pedir al Señor que un día si lo desea les de a conocer un poco de lo que él ha significado para nosotros, siempre y cuando nosotros no hayamos estado todo este tiempo equivocados y hayamos incurrido en el error de no darnos cuenta que nuestra razón verdaderamente aún está en pañales para conocer al Dios de la trascendencia que aún no revelado en la historia, porque tal vez nos lo inventamos.
[1] Marx y Engels, Sobre la religión, Composición escrita sobre religión para el examen de madurez, Sígueme, Salamanca, 1975.
[2] Feuerbach, L., La esencia del cristianismo, Sígueme, Salamanca, 1975.
[3] NIETZSCHE, F., Así hablò Zaratustra, M.E. España 1995 p. 111

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