lunes, 26 de noviembre de 2007

Evaluación de la definición de democracia



Re-evaluación de la definición de democracia

El primer día de clases hicimos un ejercicio muy interesante, que consistía en escribir en una hoja la definición de “democracia” que tuviéramos desde la escuela, o la que supiéramos en ese instante, para que más luego, mientras avanzara el curso, ver si esa idea de democracia sufría cambios o no. Mi definición, que particularmente, admito que es de Moral y Cívica de 8vo. curso, fue la siguiente:
Democracia es el poder del pueblo o de la mayoría. Es la decisión de un grupo o de una sociedad, de elegir a sus representantes para que le gobiernen.

Resultó muy ilustrativo, en las primeras semanas de clase,
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el hecho de poder entender que la democracia como tal, ha sido un concepto y a la vez, una forma de gobernar, que a lo largo de la historia se ha ido adaptando al contexto del tiempo de los hombres y líderes que en cada período han administrado el poder. Fue por eso, que partiendo de las definiciones de Aristóteles, para la explicación de democracia clásica, y más adelante, con textos de autores, considerados expertos en la materia, entre los que destacan: Tocqueville, Dahl, Sartori, Bobbio, Arendt y “Máximo Salvadori”[1], intentamos comprender la democracia moderna y contemporánea y a la vez reflexionar sobre el proceso evolutivo de la democracia como forma de gobierno, hasta llegar a propuestas muy nuevas, al menos para mí, como la de “Gobernanza” de Natera y Mayntz y la de “Posdemocracia” de Crouch.

Para entender mejor el proceso evolutivo que ha ido experimentando la democracia, fue menester conocer primero, la democracia en la antigüedad. A diferencia de las democracias actuales, la democracia de las ciudades Estado de la Grecia era una democracia, donde todos los ciudadanos tenían voz y voto en sus respectivos órganos asamblearios. No se conocía el gobierno representativo, innecesario debido a las pequeñas dimensiones de las ciudades Estado (que no sobrepasaban casi nunca los 10.000 habitantes). La primitiva democracia de estas primeras civilizaciones europeas no presuponía la igualdad de todos los individuos, ya que la mayor parte del pueblo, que estaba constituido por esclavos y mujeres, no tenían reconocidos derechos políticos. Atenas, la mayor de las ciudades Estado griegas, regida por un sistema democrático, restringía el derecho al voto a aquellos ciudadanos que no hubieran nacido en la ciudad.

Al parecer, mi definición de democracia de 8vo. curso, no dista mucho de lo que es la democracia de la Grecia clásica, donde el pueblo, y lo que era considerado como pueblo, ejercía directamente su opinión, y hacía sus planteamientos frente a la asamblea, para debatir discutir y opinar. Hoy está clarísimo que la democracia no funciona de esa manera y que uno de los cambios más significativos que ha experimentado, es que el pueblo, por ser tan numeroso, no puede hablar y ser escuchado si no es mediante la representatividad [2] que mediante sufragio, él mismo ha escogido.

La democracia no se desarrolla en medio de la nada, necesita un espacio, un territorio, una comunidad donde sentirse, una sociedad donde ser discutida y llevada a la práctica. Tonéis, uno de los primeros autores estudiados en el curso, nos hace pensar en dos tipos de organizaciones sociales, una comunitaria, y otra societaria. La primera, con vínculos de cercanía y proximidad, se caracteriza por tener intereses comunes y vínculos espontáneos. Es una sociedad semejante a la democracia en el contexto de la Grecia antigua. La segunda, la organización en sociedad, posee características contrapuestas a la primera. Intereses individuales donde cada persona busca satisfacer sus necesidades, sin tomar en cuenta a los demás. Esto genera un problema que es resuelto mediante el contrato, donde partes y partes se ponen de acuerdo de hasta donde llegan los límites y las posibilidades de los firmantes del contrato. Por último, vemos una sociedad con características, que al responder a intereses particulares, elimina por default[3], los vínculos que se veían en la sociedad comunitaria.

Una de las opiniones que generó bastante discusión en clase, fue la lectura del texto de Tocqueville ¿Qué es la democracia? De las características más generales que puede resumir, pues esto no es el momento de abundar mucho sobre el tema, destaca una definición de democracia cuyas características principales son:

· igualdad de condiciones
· dinamicidad
· libertad
· necesidad de costumbres y creencias
· orden legal
Para Tocqueville, la democracia consiste en un desarrollo gradual y progresivo de igualdad de condiciones, en poblaciones que comparten un mismo territorio. Esta lectura provocó una especie de escepticismo en el aula, donde se planteaba si el texto de Tocqueville resultaba o no un poco romántico, utópico y cargado de ideas bonitas. Al principio, fui uno de los primeros, si no el primero, en hacer dicho planteamiento. Pero es aquí donde mi evolución sobre lo que es la democracia, continuaba su lento proceso, pues me di cuenta de que, como en clases más tarde se comentó, la democracia sí es un ideal, sí es una utopía, sí es un sueño, pero no el sentido aéreo de la palabra, sino más bien mirándola como un esquema de referencia donde todos miramos y tratamos de llevar a cabo lo que podemos de un modelo inicial. Si esto es cierto, no existe ningún país o nación plenamente democrático, sino que existen naciones, estados-modernos, más próximos o lejanos, a lo que la democracia como marco de referencia, representa, o como diría Dahl, “la teoría democrática no ha sido planificada del todo. Esa idea va tomando forma a través de la historia”.

Estando claro entonces que la democracia no es, ni una idea fija-congelada y tampoco un planteamiento matemático que “es o no es”, hay que entender que esto no significa que a cualquier nación que adopte lo que sus posibilidades le permite y a cualquier sistema de gobierno le vamos a decir “!Sí, esto es más o menos una democracia!”. Para dejar claro esta idea, voy a recoger los puntos básicos, que a mi entender, y esto forma parte de mi proceso definitorio evolutivo, debe tener la democracia:
· sufragio universal
· homogeneidad
· representatividad
· poderes del estado bien definidos, no intromisión (aunque la gobernanza y la posdemocracia discrepan de esta idea)
· libertad de expresión
· “alcanzar una cooperación ilustrada y ejercitar el control final de la agenda”[4]

A partir de estas ideas podemos formularnos una pregunta, ¿vive la República Dominicana ese ideal democrático y en qué grado? Hay que destacar, como mencionaba en el primer ensayo que entregué para esta materia, que nosotros, los dominicanos, somos herederos de un sistema democrático caracterizado por corromperse a sí mismo y a cuantos hay en él. Somos herederos de una forma de gobierno, con pintas de democracia, que no ha podido salir del círculo indefinido del irrespeto al derecho del ciudadano común y de los bienes públicos. Nuestra democracia se encuentra en un estado embrionario y viejas formas autoritarias de gobernar aún subsisten en nuestra práctica política. La única salida para nosotros, sería evolucionar de un sistema político basado en el totalitarismo unipersonal del presidente, hacia uno fundamentado en los elementos determinantes de la auténtica democracia representativa. No es una utopía tipo “el país de nunca jamás”, es una realidad que otros países han logrado, o están en los procesos finales de asimilar.

Uno de los temas más interesantes de la clase, que dio otro giro a mi idea de democracia, fue el tema de la Gobernanza, donde pudimos dialogar con los expertos en la materia, Mayntz y Natera. Este último nos planteaba de manera práctica y resumida, que la gobernanza “se refiere a la puesta en práctica de estilos de gobernar en los que se han difuminado los límites entre los sectores público y privado”. Pero ampliando mucho más tal definición y partiendo de una explicación más actual, podríamos decir que la gobernanza alude a un nuevo estilo de gobierno, distinto del modelo de control jerárquico, pero también del mercado, caracterizado por un mayor grado de interacción y de cooperación entre el Estado y los actores no estatales en el interior de redes decisionales mixtas entre lo público y lo privado. Implica “un cambio de sentido del gobierno, un nuevo método conforme al cual se gobierna la sociedad”.

La gobernanza como tal, requiere otro nivel, en el que hay un supuesto base, y ese sería que ya la democracia está funcionando y es respetada por las instituciones y por el estado mismo.

Finalmente, era prudente terminar el curso viendo, a grosso modo, qué papel juega la democracia en el siglo XXI, que como contemporáneos de él, nos ha tocado vivir. Y es que si bien la democracia da la impresión de pasar por uno de sus mejores momentos, con un creciente número de países implementándola o consolidándola como su forma de gobierno[5], paralelamente también han aumentado las manifestaciones de hartazgo y desencanto de la misma vida democrática, como lo muestran los altos índices de abstencionismo electoral y el descenso de los niveles de satisfacción con el funcionamiento de ésta en el mundo[6].

Para explicar esta paradoja, el sociólogo Colin Crouch en su libro “Posdemocracia[7]”, amplía este análisis democrático a tres momentos, el predemocrático, el democrático y el posdemocrático, pero, por razones obvias, tocaré solamente el tema de la posdemocracia, esto para intentar ilustrar mejor dónde podemos situar nuestras democracias, o mejor dicho, nuestra democracia dominicana, respecto de la ideal. Pero, debemos preguntarnos antes, ¿qué es la posdemocracia? Crouch plantea que el concepto de posdemocracia describe aquellas situaciones en las que el aburrimiento, la frustración, la desilusión y los poderosos intereses de una minoría, han logrado el desencanto de la población o de un grupo de la sociedad, del sistema democrático; alude también a aquellas situaciones en las que las élites políticas han aprendido a sortear y a manipular las demandas populares y las personas deben ser persuadidas para votar mediante campañas publicitarias. Algunas de estas situaciones también son características de la predemocracia, más Crouch explica que no se trata de un retroceso, sino de una evolución en forma de parábola, ya que “al tiempo que nos movemos en la dirección opuesta, nos situamos en un punto diferente del tiempo histórico y llevamos con nosotros la herencia de nuestro pasado reciente”.

Otro factor de suma importancia, para entender la posdemocracia, es el papel que juegan las empresas en el sistema organizacional del estado moderno, es decir, nos enfrentamos a unos nuevos sistemas de relación, donde los gobiernos se ven postrados ante las exigencias de una élite, de un grupo de empresarios (y en la República Dominicana, de sindicatos tan fuertes como FENATRANO), que increíblemente tienen en sus manos el control parcial o casi total (mayor ejemplo que el de la huelga sin previo aviso que hizo FENATRANO, el jueves 30 de noviembre) de los destinos del país y que los ciudadanos se supone confiaron a quienes eligieron en las elecciones.

Teniendo en cuenta antes de nada que “definir” es: delimitar y explicar con exactitud y precisión el significado de algo. Quiero hacer notar que al realizar este pequeño recorrido a través del curso, donde he querido hacer constar mi evolución sobre mi definición de la democracia, y después de haber comentado este último tema sobre la posdemocracia, algo sí me ha quedado claro, y es que en el contexto político y económico, en el que nos ha tocado vivir en pleno siglo XXI, siglo de la globalización y el capitalismo, siglo de la informática y de la técnica, siglo del triunfo de la democracia como sistema política mayoritario en el mundo, y finalmente, por qué no, siglo de los ricos y de los más pobres, la democracia presenta aspectos preocupantes muy difíciles de definir. “En primer lugar, la democracia es una planta muy frágil en muchos de los Estados que han accedido en época reciente a la libertad y el pluralismo (pensemos por ejemplo en la Federación Rusa); en segundo lugar, y esto en ciertos aspectos lo más preocupante, en los Estados en los que la democracia es antigua y está consolidada, las instituciones se hallan sometidas a fuertes tensiones y a un proceso de deterioro debido, sobre todo, al hecho de que los sistemas democráticos, creados para responder a realidades nacionales, tienen que hacer frente a realidades muy distintas a causa de los procesos que determina la globalización”[8].

Tomando en cuenta lo visto anteriormente, la pregunta ya no sería ¿qué es la democracia? pues vagamente ya tenemos una idea. El nuevo planteamiento del interrogante sería: ¿qué nos espera? y qué aportaremos nosotros para que en el espacio que nos ha tocado vivir, los tiempos cambien y las condiciones de los menos agraciados del “maravilloso y utópico” sueño democrático se hagan realidad. Yo he contestado en al menos seis páginas la pregunta que se me hacía a principios del curso, ahora espero que el futuro nos ayude a contestar la pregunta que yo lanzo al final del mismo.






[1] Incluyo a Massimo L. Salvadori en esta lista pues leyendo su libro “Breve historia del siglo XX”, encontré unas opiniones muy interesantes sobre la democracia en el siglo XXI, que utilizaré más adelante en mi trabajo.
[2] Las palabras o frases que voy resaltando en negrita, representan el extracto de mi evolución en la definición de democracia. Son ideas o frases que antes de iniciar el curso no conocía o no me las había planteado.
[3] No encontré una palabra apropiada en español, pues predeterminado suena a informática y defecto suena a error.
[4] Robert Dahl, Poliarquía, instituciones de la democracia y circularidad normativa-descriptiva.
[5] Como lo menciona Crouch en su libro, los países que celebran elecciones razonablemente libres, condición
mínima para ser considerados democráticos, han pasado de 147 en 1998 a 191 en 1999.
[6] Informe del Latinobarómetro 2004, el apoyo a la democracia pasó de
61% en 1996 a 53% en el 2004.
[7] Crouch, Colin; Posdemocracia; Taurus; México; 2004.

[8] Massimo L. Salvadori, Breve historia del siglo XX, pág. 208.

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