miércoles, 21 de noviembre de 2007

La esencia del Cristianismo, Feuerbach

Luis Manuel Durán Cornelio,
Ateísmo Contemporáneo
La esencia del Cristianismo, Feuerbach

“Dios es una proyección del hombre. El ser humano ha llamado Dios, a la superación misma de lo que él es, o anhelaría ser, por eso Dios es todo lo que el hombre no puede ser. Dios es infinito, increado, omnipotente, perfecto, eterno, todo lo opuesto a lo que el hombre es. Si Dios fuera realmente divino y real, no sería en ninguna forma desunión ni escisión alguna. Eso a lo que el ser humano llama Dios, no es más que la razón, el entendimiento, es la esencia objetivada de la inteligencia humana.
La esencia misma de lo que es Dios, es contradicción en sentido general. Dios es persona y es universal, es padre y a la vez es hijo, en él siempre se niega lo que se dice que es. Dios es el “qué”, pero nunca el “cómo”. Entre Dios y el hijo unigénito no existe diferencia esencial –quien conoce al hijo conoce al padre- y, por consiguiente, tampoco ninguna diferencia entre Dios y el hombre”.[1]
Resulta interesante el planteamiento que hace Feuerbach sobre lo que es Dios, para aquellos que practican alguna religión. Darse cuenta hasta qué punto lo que él plantea tiene su parte de veracidad. Y no me refiero solamente a la “proyección” que siendo realmente el intelecto, para Feuerbach, confundimos con Dios. También tiene sentido desde el plano sicológico, en el que el ser humano suele mitificar y hacer como su dios, todo aquello que quisiera ser o aquello que simplemente, debería seguir siendo. Me refiero al hecho, en el que muchas veces, solemos tener un dios semejante a nuestras conveniencias y apetencias. Un dios que se parece a nuestras necesidades sicológicas insatisfechas. Así, el que tiene como forma de vida el miedo que le permite vivir, tendrá entonces un dios juez y acusador, así el que tiene como ley una vida llena de posibilidades insatisfechas, tendrá un dios permisivo y con forma de abuelito con barba, entre otros casos. Es en este sentido al que me refiero cuando digo, que esa proyección de la que habla Feuerbach, no es simplemente la proyección de la esencia del conocimiento del hombre, sino también aquellas proyecciones, que para que nuestro ego quede satisfecho, suele hacer el subconsciente. Como podemos observar, no tengo nada que refutarle a Feuerbach en este sentido, al contrario, entiendo y acepto que en muchos casos tiene razón, aunque no con todos es así.
Otro punto bastante interesante, es el planteamiento de que Dios en su propia esencia es contradicción. Dios termina siendo lo indefinible para aquél que intenta aproximarse a lo que Él es. De, plantea Feuerbach, sabemos el “qué”, pero no el “cómo” de todo lo que se supone Él es. Le contestaré Feuerbach con sus propias palabras: “…la pregunta por el “cómo”, es absurda, es una pregunta que se desestima en y por sí misma, mediante el concepto fundamental de actividad ilimitada”.[2]
[1] Feuerbach, L., La esencia del cristianismo, Sígueme, Salamanca, 1975. Pp. 81-90, 248-59, Resumen
[2] Ibíd., pág. 252

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