lunes, 26 de noviembre de 2007

¿Qué es la música? Un espacio para la trascendencia


Nos quedan cortas las ideas a la hora de pretender abarcar el fenómeno musical, y es que vendría siendo como intentar escribir sobre lo maravilloso que es el lago, cuando aún no nos hemos enterado que existen el océano y el mar. Intentaré, desde la orilla del lago, hablarles un poco de la música, como un espacio real.

Decía Rilke en uno de sus "Sonetos a Orfeo" –aún encontramos el ser- : "Las palabras todavía fluyen suavemente hacia lo innombrable y la música, siempre nueva, de rocas palpitantes construye en un espacio inútil su piadosa morada ". Como plantea Rilke, la música es siempre nueva, diferente, pues en la medida que llega a los oídos distintos de individuos, que adaptan a su forma de existir lo que escuchan, o lo que creen escuchar, la frase musical es y será siempre nueva para cada persona en particular.

A la hora de pensar en la música, refiriéndome a su estudio como ciencia dentro del arte (¿se le puede llamar ciencia?) siempre me he quedado admirado y lleno de insatisfacción, pues, aunque intentemos sumergirnos en su estructura, lenguaje, forma y expresión, es más mi convicción de que es poco lo que sabemos y de que muchas veces lo que creemos saber, es condicionado al contexto teórico-práctico que se aplica, haciendo entonces relativo y siempre insuficiente el conocimiento que se ha adquirido, esto, claro está, en cuanto al estudio de la armonía y de la música en sí misma. En cuanto al plano espiritual y filosófico de la música, antes que nada me gustaría citar a un profesor de Armonía que nos decía: "esto que leen (partitura) debe sonar en su instrumento del mismo modo que el que lo toque cualquier otro en el mundo". Y ¿qué tiene que ver esto con lo espiritual y lo trascendente? La música es, en su esencia, lenguaje universal, capaz de romper barreras de idiomas, creencias, culturas y todo aquello que de por sí, separa a los seres humanos de sí mismos. Es, de hecho, el único medio donde más de uno, instrumentos o voces, pueden dialogar a la vez y entenderse entre ellos, comunicando, sorprendentemente un solo mensaje. Sin irme aún más lejos, la música es un lenguaje perfecto, creado por imperfectos, que lejos de dividirse y fragmentarse a través de los siglos, se ha ido unificando y perfeccionando hasta aceptarse como único y universal, en cuanto aquellos que le pueden leer e interpretar y a aquellos que mejor aún, podemos sentarnos y escuchar.

No es la música sólo un escape emocional de aquél que la escucha o la disfruta en el radio, el cine o desde la comunidad de su hogar, es más que eso, es aquella capaz de mostrar una imagen de sujeto liberado del mundo de los objetos, capaz de romper las ataduras que encadenan al individuo, es una fascinante línea de tiempo que sólo existe en el presente, pero que continúa en el pasado y prescinde de un futuro necesario en el instante. Es, también, un lugar para la conexión con todo aquello que a veces no nos atrevemos a comunicar, es una manera de estar con el Dios de la libertad y con los demás, un lugar para la conexión con nuestro yo más oculto y espiritual, es, en definitiva, si le permitimos ser, un espacio para la trascendencia y la libertad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con que se le llame a la música lengueje. Porque no es lenguaje, es sonido.
att. Altagracia

Anónimo dijo...

La música no fue inventada, fue descubierta. Porque siempre ha existido.
att. Adelaida