El siguiente texto es un resumen de una charla (Abril 2008) que ofreció el teólogo y sociólogo Pedro Trigo en la República Dominicana.
El actual contexto social latinoamericano es confuso y de difícil definición y prueba de ello es el hecho de que nuestro contexto político-social apunta por direcciones que no podemos vislumbrar claramente. Un indicador significativo de este fenómeno es el agotamiento de las instancias de mediación y el debilitamiento de los partidos políticos, así como la crisis interna y de desempeño de nuestra democracia actual.
En el contexto latinoamericano actual los problemas no son sólo los partidos, también los tienen las macro instituciones que por largo tiempo han mediado en la sociedad. Planteamos dos ejemplos sobre este caso: el primero, la educación en el sentido específico del sistema educativo. Esta era la encargada de transmitir las pautas decisivas que regían la sociedad, sin embargo hoy en día la educación parece no interesar ni al estado ni a los alumnos ni a los educadores, prueba de ello es que el papel fundamental de nuestros sistemas educativos es la transmisión de los bienes civilizatorios de la última revolución tecnológica y más drásticamente, el título académico obtenido. De ahí se entiende el drama – plantea de manera cómica Pedro Trigo - a la hora de reprobar a un alumno.
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El segundo ejemplo sobre el debilitamiento de las macro-instituciones a nivel social es el aumento exponencial del catolicismo practicante a-eclesial. Antes, la institución eclesiástica mediante la autoridad que le otorgaban muchos latinoamericanos para que rigiera su cosmovisión y sus conciencias, constituía una instancia primordial en la transmisión de valores. Hoy en día la institución religiosa sigue gozando de gran credibilidad social, pero esto se debe que no se ha gastado como las demás, pero no por la calidad de su desempeño, sino más bien por su escaso desempeño, quedando esta en última instancia como mediadora entre conflictos y no como solucionadora de ellos.
El lugar que tenían las instancias tradicionales de mediación lo han venido ocupando los medios de comunicación social, emisoras de radio, periódicos influyentes y sobre todo las cadenas televisivas. Todos estos medios han pasado a constituirse hoy en día en actores políticos. Sin embargo - y considero muy importante esta observación – aunque estos medios tienen gran influencia en decisiones concretas su falta de representatividad ha hecho que terminen siendo perjudicial para la sociedad misma. En primer lugar porque crean noticia y en segundo porque ideologizan la información.
Otras instituciones que están tomando el papel de mediadoras en la sociedad son los movimientos sociales de base. Sin embargo en la mayoría de los países latinoamericanos estos grupos no han alcanzado ni la influencia ni la madurez necesaria que les permita nuclear una alternativa clara.
Una vez analizado el debilitamiento de los grupos de poder y de mediación en la sociedad latinoamericana veamos los aspectos por los cuales América Latina continúa siendo una región tan difícil de tratar y comprender, económica y culturalmente:
- América Latina no parece tener una clara viabilidad histórica, no la tienen ni los países en particular ni la región como tal.
- Existe gran incapacidad en la región de asumir con éxito los bienes civilizatorios.
- Incapacidad de los gobiernos de organizar la sociedad productivamente, no sólo en el sentido económico sino en el sentido humano integral.
- América Latina está entrando en una nueva época histórica cuando no acaba de asumir la nueva época mundial.
- Existe un gran desencanto en el sistema democrático y de organización político tradicional
Soluciones
“Es la hora de la mediación y por tanto de los mediadores”. La solución a los problemas sociales y económicos de una América Latina que avanza en Desarrollo Económico pero que continúa estancada en su Desarrollo Humano apunta a varias vertientes, aquí sólo señalo tres aspectos:
· América Latina debe de constituirse en una región multiétnica y pluricultural en un estado de intercambio simbiótico.
· América Latina debe entrar en el concierto de la mundialización con ofertas competitivas y de calidad para las demás regiones del mundo.
· El asumir el rasgo característico que distingue a América Latina de las demás regiones del mundo, o sea, su mestizaje étnico y cultural, es un llamado a constituirse en el elemento más sólido de mediación entre etnias de clases distintas. Trigo considera, inclusive, que el reconocimiento de esta condición podría significar la base objetiva para superar la polarización actual y aceptar como riqueza nuestra condición multicultural y étnica.
Conclusión
Es preciso una nueva concepción y un redimensionamiento del Estado en los pueblos latinoamericanos. Es necesario, como una adaptación al imparable curso de una economía globalizada, fortalecer el rol que juegan los gobiernos en nuestra América como reguladores y fiscalizadores, incentivando el diálogo y el trabajo en equipo de las organizaciones de la sociedad civil.
América Latina puede y debe asumir su historia y su cultura para enfrentarse al nuevo panorama mundial y no debe hacerlo como una carga sino como la riqueza que esto significa.
Asumir nuestra diversidad será parte de nuestro proceso de superación y asimilación de nuestra realidad como región, para ello el diálogo cultural y la política democrática jugarán un papel fundamental en esta Latinoamérica que se enfrenta a un mundo en cambio.
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