jueves, 5 de junio de 2008

Lenguaje: imagen vs. palabra, totalidad vs. Infinito en Emmanuel Levinas

En Lévinas el lenguaje es entendido en contraposición a la búsqueda de objetivación en la que recae el sujeto para comprender lo Infinito, objetivación que es imagen.
Lévinas considera que desde San Agustín toda experiencia se ha intentado comprender en términos de imagen, incluso cuando esta impllique sentidos diferentes al de la vista. De esta forma la aproximación a la realidad, que significa develamiento[1], es posible desde un conocimiento en el que predomina la imagen y en consecuencia la objetivación, la totalidad, la necesidad y el gozo. La manera en la que se realiza un movimiento contrapuesto al develamiento, o sea, la revelación, no es posible desde una epistemología de la imagen sino desde una epistemología del lenguaje.

El lenguaje (la palabra) para Lévinas es de suma importancia porque este implica en sí mismo la compañía de quien la dice. La presencia de quien habla - de quien se revela- auxilia a su palabra. De esta forma la subjetividad no puede reducir la interioridad, las palabras que oye (el mismo) no puede “absorberlas” como hacía con la forma o la imagen.

Jacques Derrida en Empirismo y ética en Lévinas (1970) critica a Lévinas pues considera que el filósofo lituano, al hacer de la relación al infinitamente Otro, el origen del lenguaje, incurre en una traición a su propio discurso filosófico pues esto es – plantea Derrida – un empirismo en el que se intenta proponer una esencia del judaísmo ya presente en la tradición griega. Sin embargo, consideramos que una antropología que descubra al ser humano desde un develamiento, desde lo cognoscible, reduce a las personas a fenómenos científicamente comprensibles haciendo posible, en consecuencia, que la sociedad pueda ser concebida como un Todo en la que el sistema esté siempre por encima de la persona. En cambio, el ser humano comprendido como ese Otro que se revela por la palabra y que no puede (debe) ser develado, evita en todas las formas el totalitarismo porque respeta la trascendencia de los demás e impide cualquier construcción teórica que pretenda rebajar su dignidad de Infinito a “partes de un Todo social”. De esta forma es comprensible que para Lévinas la significación de los seres no se manifieste en la perspectiva de la finalidad, sino en la del lenguaje.

En pocas palabras, sólo desde el lenguaje es posible una relación en la que los términos se resistan a la totalización y en la que la “delicadeza de la palabra” radique en un recuperar lo que fue simple signo arrojado por ella y en apuntar en el rostro que mira la franqueza primera de la revelación.

[1] Para Lévinas el develamiento consiste en correr un velo que no permite al yo acceder a la alteridad y que por tanto impide la relación con el Otro. El develamiento es una forma de acercarse a la realidad que pone por delante la teoría. La revelación en cambio, consiste en desgarrar el velo esta es violencia del Otro, que vence la resistencia de la subjetividad. José Mária, (1998). P. 19

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