lunes, 15 de marzo de 2010

Una defensa al Sistema de Partidos

Escribo el siguiente artículo en respuesta a la propuesta del grupo "Voto por Ninguno".

UNA DEFENSA AL SISTEMA DE PARTIDOS

En las siguientes líneas trataré de argumentar que la poca credibilidad y el desencanto en los sistemas de partidos políticos dominicanos no son razón suficiente para legitimizar una campaña que promueva el “Voto por Ninguno”.

La campaña que este grupo de jóvenes plantea (apoyada por distintas personalidades como Victor Victor y con casi 7,000 afiliados en Facebook, más varias manifestaciones realizadas) pasa por alto de manera muy ingenua algunos matices conceptuales y prácticos. Por ejemplo, la democracia representativa es la forma en la que está sostenida nuestro sistema de organización social. Este sistema, compartido no sólo por muchas de las democracias fallidas latinoamericanas, sino también por los sistemas parlamentarios y presidenciales del Occidente Nórdico, ha demostrado ser uno de los sistemas políticos más eficientes (aunque no perfecto) para el mantenimiento del "estado de derecho". Este modelo de organización política, en teoría, garantiza la igualdad de oportunidades para todos y el respeto de los Derechos Humanos.

Sin embargo, es totalmente válido afirmar que la democracia no endosa en sí misma el respeto de los derechos del ciudadano ni el buen funcionamiento del sistema. De hecho, si algo tienen en común Hitler, Mussolini y Chávez es que fueron elegidos democráticamente. A pesar de ello, el desencanto, la apatía y la frustración que provocan los actuales partidos políticos dominicanos, en especial los del PLD, el PRD y PRSC, no son una razón válida ni suficiente para deslegitimizar el sistema que con tanta sangre a través de la historia nos ha costado construir.

Aún teniendo en cuenta las insuficiencias que pueda tener el sistema político dominicano, con el clientelismo, la corrupción y el narcotráfico que vergonzosamente está empañando todos los estratos de la sociedad civil, seguimos teniendo la posibilidad de hacer que las cosas cambien a través de nuestro actual sistema democrático. Las alternancias en el poder que han ocurrido en la vida política dominicana desde la caída del PRSC en el 1994 nos demuestran que el pueblo dominicano, a pesar de lo que muchos difamadores se empeñen en propagar, tiene memoria histórica y es consciente de lo que desea y sabe cómo expresarlo en las urnas. Las próximas elecciones legislativas y más tarde las presidenciales, son una valiosísima oportunidad para que la ciudadanía se exprese y castigue con su poder de decisión a los políticos y funcionarios que han venido desempeñando una mala función política y administrativa.

En mi opinión la propuesta que este grupo plantea, cargada de buena intención y de un falso matiz anti-político (toda forma de participación es política) contribuye a la desestabilización del sistema y a generar un gasto de energía que no plantea una solución alternativa ni a corto ni a largo plazo. La apatía, el nihilismo y la anarquía, subyacente en la campaña "Voto por Ninguno" no son ni serán nunca una solución a los problemas políticos y sociales de la República Dominicana. Los partidos políticos son una respuesta inacabada pero necesaria para el mantenimiento de nuestras democracias modernas.

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