!Habemus Metro! una historia y algunas fotos

Recientemente estuve por la feria del libro intentándome dejar "Seducir por la lectura" (slogan de la Feria del Libro 2008) y sí, caí, me dejé seducir, no por la lectura sino por El Metro de Santo Domingo, "uuuuuuuuuu" imagínense la musica del anuncio comercial de fondo. El punto es que la experiencia fue menos frustrante de lo que imaginé, porque a pesar de que había un "tro" de gente eran tantos los guardias y militares, que la seguridad estaba garantizada, porque, como incivilizados al fin, nos amenazaban hasta por el sólo hecho de salirnos un poquito de la fila. Mi temor existía porque la última noticia que había escuchado sobre la fiebre del metro fue que a una mujer embarazada le habían roto un brazo. Pero total, decidí arriesgarme.

Había dos opciones por tomar, o sea, dos posibilidades, ir hacia Villa Mella a comer chicharrones o ir hacia la feria o la Uasd y regresar en una guaguita azul pagando pasaje. Es obvio que ninguna eran rutas de mi necesidad pero tenía que decidirme, y de hecho, estaba forzado a ello pues en lo que tomaba mi decisión era amenazado por un guardia que mientras voceaba con un altoparlante "Súbete al progreso" "súbete al Metro de Santo Domingo" se dirijió hacia mí y me dijo "amigo decídase o salga de la fila". Tal vez pensó que yo era sordo porque dijo esto con el alto parlante y la garganta encendida. Al final terminé tomando la fila de la derecha, ruta que me llevaría, al "progreso", disculpen, me confundí, a la Uasd.

Antes de ingresar nos entregaron un boleto y una hoja informativa con las recomendaciones y precauciones que debíamos tomar para tener una buena travesía. Una vez en la estación subterránea, la mayoría, incluyéndome claro está, como muchachitos de circo o de un lejano campo del cibao, que ante las obras de la institucionalidad nos dejamos admirar, sacábamos nuestros celulares y tomábamos fotos. El calor que había en la estación era sofocante, pero no había problemas, porque en esta obra de tan alta envergadura y de millones de pesos habían unos curiosos abaniquitos de pedestal, no sé si de adorno, que distribuídos por toda la estación, seguramente en la próxima era glacial resolverían el sofocante calor que allí había. Todo esto hasta que llegó el coloso y nos montamos, y disfrutamos de la travesía con un cortometraje de Pixar y aire acondicionado.

Bueno, señoras y señores, !Habemus Metro! y eso es invevitable, aunque nadie nos preguntó, ahí está, imponente y con tecnología de punta. Como intuyo que algunos, por razones y circunstacias diversas no osarán acercarse por ahora a las instalaciones del metro de Sto Dgo "uuuuuuuu", comparto esta travesía con ustedes. Por cierto, si les interesa saber el contraste entre el Metro y la realidad Domincana, esto para los que no viven en el país, o para los que vivimos en él pero ajenos a lo que en él acontece, les invito a que antes de caer por la estación "Casandra Damirón" se den una vueltecita por "Emergencias del Darío Contreras" y saquen sus propias conclusioens. Ya dejo de hablar tanto y les dejo las fotos. Bye.